Cuando sueño, es cuando más exacta y cierta es mi realidad.
Levantar en el aire edificios de gruesas y robustas paredes coloreadas, es tan sencillo, como esbozarlos a mano alzada bajo un cielo pintado de noche y repleto de puntos brillantes que dibujan estrellas.
Es tan fácil acercar mi mano y acariciar esas pequeñas nubes de algodón de azúcar que, en fila india, enumeran todos mis sueños...
Pero cuando despierto, cuando abro los ojos y dejo entrar la luz, los rascacielos que
volaban en armonía se desploman en cascada formando una enorme pirámide de ruinas y polvo y, ante mis ojos, los astros candescentes se despintan dando paso a la Ausencia; esa señora de mirada incierta que, mediante trueque, te cambia "tu Todo" por "su Nada".
Entonces, nube, pasa,leve, pasa y enseñame a pasar. Sigue, nube, al pais de los sueños donde las flores cantan jazz y la ausencia es una señora que necesita compañia
ResponderEliminarJuan, grácias por pasarte.
ResponderEliminarsaludos,
Íngrid