domingo, 19 de diciembre de 2010

La Noche es toda magia

Creí que la noche era toda magia y quise retenerla haciéndola cautiva. Pero ésta no tardó en descorazonarse y rendirse a la más absoluta tristeza.
Penado por su desconsuelo, despojé el cielo de la luz de sus estrellas y se la regalé a la oscuridad.
Nada consolaba su melancolía y mi codicia se tornó carente de sentido. Afligido, liberé mi tesoro destronado y humildemente pedí perdón.
Agradecida la noche, besó mi frente y, extendiendo su velo negro se marchó a abrazar a la Luna.

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